Historia
Ya en el siglo XVI se había observado por parte de los alquimistas que cuando el aceite de vitriolo (nombre que éstos daban al ácido sulfúrico H2SO4) actuaba sobre las limaduras de hierro se desprendía un gas combustible de naturaleza desconocida.
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Cavendish, en 1.766, observó que este gas era diferente de otros gases inflamables y le llamó aire inflamable, aunque se equivocó al suponer que procedía del metal y no del ácido.
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En 1.781 el propio Cavendish observó que cuando este gas ardía en el aire y en el oxígeno se formaba agua, descubrimiento que indujo a Lavoisier a llamarlo Hidrógeno, es decir productor de agua.
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El hidrógeno fue licuado por primera vez en 1.898 por J. Dewar (1.842-1.923).
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​Comúnmente se coloca en el grupo 1 de la tabla periódica aunque sus propiedades no tienen nada que ver con las de dicho grupo.
Estructura
Usos
Debido a su ligereza se utilizó a principios del siglo XX para llenar los dirigibles y los globos aerostáticos, pero se produjeron muchos accidentes ya que el hidrógeno es un gas muy inflamable. Para evitar estos problemas se comenzó a usar helio que, aunque es más pesado que el hidrógeno, no es inflamable.
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Actualmente los globos aerostáticos funcionan con el aire caliente que proporcionan unos quemadores de gas situados bajo la boca del globo.
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El hidrógeno líquido, junto con el oxígeno, se utiliza para la propulsión de cohetes espaciales y últimamente se empiezan a considerar sus grandes posibilidades como fuente de energía para el futuro ya que su combustión produce vapor de agua y, por lo tanto, no es contaminante.
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En muchas reacciones de electrólisis el hidrógeno es un subproducto importante. Industrialmente se usa para la fabricación del amoníaco, en la síntesis del alcohol metílico, para la hidrogenación de grasas vegetales para producir grasas comestibles, en la industria petroquímica para la elaboración de gasolinas sintéticas y como agente reductor en algunos procesos. El hidrógeno se usa también para soldar a alta temperatura.
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Se almacena comúnmente en cilindros de acero a presiones de 120 a 150 atmósferas.
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Propiedades
El hidrógeno es un gas incoloro, inodoro e insípido.
El hidrógeno líquido, obtenido por primera vez por Sir James Dewar en 1.898, es incoloro (aunque ligeramente azul en capas gruesas) con un peso específico de 0,070. Cuando se evapora rápidamente bajo presión reducida, congela en un sólido incoloro.
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Como la mayoría de los elementos gaseosos, el hidrógeno es diatómico (sus moléculas contienen dos átomos), pero se disocia en átomos libres a altas temperaturas.
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Todos los ácidos contienen hidrógeno; la característica distintiva de un ácido es su disociación, en la que se producen iones de hidrógeno. El hidrógeno (H2) es el elemento más ligero que se conoce, por lo que puede penetrar fácilmente por las superficies porosas.
Metales como el platino, cobalto, níquel, hierro y paladio, en ciertas condiciones, tienen la propiedad de adsorber hidrógeno y es por ello que a veces se ha encontrado hidrógeno asociado a estos metales en algunos meteoritos.
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Valores de las Propiedades
A temperaturas ordinarias el hidrógeno es poco reactivo. No reacciona con el oxígeno a bajas temperaturas, pero lo hace de forma violenta si se eleva la temperatura por encima de 700ºC o se introduce algún catalizador como paladio o platino finamente dividido, obteniéndose agua como producto de esta reacción.
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Se hace pasar una corriente de hidrógeno por un arco eléctrico con lo que se consigue la disociación de las moléculas de hidrógeno y los átomos producidos, al chocar contra la superficie del metal sobre el que se trabaja, se recombinan desprendiendo la energía previamente absorbida que sirve para fundir el metal.