Historia
Su existencia se predijo, usando la teoría de Bohr, que estaría asociado con el circonio, y finalmente se encontró en el circón mediante unos análisis con espectroscopia de rayos X en Noruega.
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En su informe sobre La Ley Periódica de los Elementos Químicos, en 1869, Dmitri Mendeléyev había implícitamente predicho la existencia de un análogo más pesado del titanio y el circonio. En el momento de su formulación, en 1871, Mendeléyev creía que los elementos estaban ordenados por su masa atómica y situaba al lantano (elemento 57) en el lugar que quedaba por debajo del circonio. La colocación exacta de los elementos y la ubicación de los elementos que faltaban se hizo determinando el peso específico de los elementos y comparando las propiedades químicas y físicas.​
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La espectroscopia de rayos X realizada por Henry Moseley en 1914 mostró una dependencia directa entre la línea espectral y la carga nuclear efectiva. Esto llevó a que la carga nuclear, o número atómico de un elemento, se utilizara para determinar su lugar dentro de la tabla periódica. Con este método, Moseley determinó el número de lantánidos y mostró los huecos en la secuencia del número atómico en los números 43, 61, 72 y 75.​
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El descubrimiento de las lagunas condujo a una amplia búsqueda de los elementos que faltaban. En 1914, varias personas reivindicaron el descubrimiento después de que Henry Moseley predijera el hueco en la tabla periódica para el entonces desconocido elemento 72.7​ Georges Urbain afirmó haber encontrado el elemento 72 en los elementos de tierras rarass en 1907 y publicó sus resultados sobre el celtio en 1911.
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Estructura
Usos
El hafnio se usa en la fabricación de filamentos eléctricos en aleación con wolframio y tántalo.
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Por su resistencia a las altas temperaturas, se usa con el circonio como material estructural en las plantas nucleares de energía.
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Se utiliza en la fabricación de barras de control para reactores nucleares, por su capacidad de absorción de neutrones.
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Propiedades
Es un metal de color blanco plateado, brillante, duro y dúctil. Tiene un carácter reductor muy acentuado, aunque se vuelve pasivo fácilmente resistiendo el ataque por ácidos comunes y por los álcalis.
Se parece tanto al circonio en su estructura cristalina y en sus propiedades químicas que resulta muy difícil separarlos.